[Libro] Los pasos de López [Jorge Ibargüengoitia]

Sin ánimos de querer sonar malinchista –porque no lo soy-, la literatura mexicana, así como el cine y la música, no son mucho de mi agrado. Son contadas las creaciones artísticas de algún rubro, que llaman mi atención, ¡excepcionales excepciones! Algunas que para muchos, tienen sentido, y que para otras, son por demás raras elecciones. Entre esos esporádicos casos, he de mencionar el que ahora recomiendo.

.......Los pasos de López...

Sin vulgaridades, con una fina narrativa irónica de la Independencia de México, uno de los grandes de la literatura nacional (Jorge Ibargüengoitia Antillón), hace gala de una irreverente parodia del Grito de Dolores (el Grito de Ajetreo) y todos sus involucrados, en esta pequeña novela que sin necesidad de que sean grandes expertos en el tema, y solo con que recuerden vagamente sus clases de Historia de México de la Primaria, les sacará una sonrisa y una que otra carcajada, con su singular –nada grosera- representación de uno de los sucesos más grandes dentro de nuestra historia.

Cuando logramos poner orden, Periñón hizo que tocaran al vuelo todas las campanas de la ciudad. A este tañido se agregó al poco rato un griterío lejano y vimos que por los callejones bajaba del cerro el gentío, que decía:

— ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia! ¡Viva el señor cura Periñón!

No sé qué hubieran gritado si hubiéramos perdido. [Fragmento]

Matias Chandón, nos lleva desde su ingreso a las fuerzas del ejército español, a su inesperada introducción en la Tertulia del Reloj, donde se ve involucrado en una junta secreta que pretende declarar la independencia de México. Entre los insurrectos, presididos por el Cura Periñón, se encuentra el Corregidor Don Diego, su señora esposa, la Corregidora Carmelita, y otros tantos a quienes sin duda, identificaran de inmediato dentro de las figuras que hoy día, encontramos en las biografías y efemérides de nuestro país.

A modo de un rápido breviario cultural, diré que Jorge Ibargüengoitia, nació en Guadalajara, México, en 1928, y falleció en un trágico accidente aéreo, camino de Francia –donde se estableció los últimos años de su vida con su esposa- a un encuentro de escritores en Bogota. Con él, se fue el borrado de su séptima novela.

De manera personal, esta pequeña novela que ha sido la primera que he tenido el honor de leer de mano de Ibargüengoitia, me ha parecido maravillosa. La lectura es fluida, amena y ha hecho lo increíble: que fuera detrás del siguiente título de la colección de este grande de grandes de la literatura.

Editorial: JOAQUIN MORTIZ.