[SeIdea][OneShot] Destino (8059)

Anime: Katekyo Hitman Reborn!

Pareja: 8059 [YamamotoxGokudera]

Lambo había hecho burla con el tema.

Reborn, había callado a Lambo con un golpe… pero secundó enseguida a la vaca estúpida.

Ryohei le tocó el hombro de manera comprensiva, asintiendo con los ojos cerrados y expresando su sincero apoyó y sus mejores deseos –ni falta hacer decir la cantidad de bombas con las que durmió ese día-.

Mukuro… se encogió de hombros, levantando las manos hasta la altura de su pecho, y diciendo en son de guasa: “¿Qué le harás si es la verdad?” para enseguida echarse a reír hasta que tuvo que sostenerse el estómago del dolor.

Hibari, giró la mirada a algún punto desconocido en la pared, cruzado de brazos. Por breves momentos, hizo creer a todos que no le encontraba gracia a molestar al Guardián de la Tormenta con el tema, y casi enseguida sus labios dibujaron una socarrona sonrisa que fue la peor burla que pudo recibir.

¡Incluso el Décimo!, al que era incondicionalmente leal, que primero intentó calmarlo para que no lo dejara sin Guardianes, haciéndolo desistir del uso de dinamita o cualquier otro medio de destrucción masiva, concordó con todos: “la adivina tiene razón.” Dijo dubitativo, temeroso de ser parte de los blancos del Guardián, por apoyar algo que era demasiado obvio.

Si bien que el Décimo dijera eso fue un golpe atroz para su orgullo, el peor golpe fue cuando el imbécil ¡el jodido imbécil! De Yamamoto, esbozó una de sus típicas estúpidas sonrisas, descruzó los brazos tras su nuca, le tomó de la cintura por detrás, y aprovechando el forcejeo y que girará la cabeza para reclamarle (con las mejillas rojas como rubís), le besó. El beso le desconectó de la realidad por un largo rato, en el que los demás desaparecieron literal y metafóricamente, para dejarlos solos en ese segundo de aceptación y declaración… y antes de que Gokudera recuperará la cordura e hiciera del mundo un cráter en mitad de la nada.

…Minutos antes…

La generación Vongola que había enfrentado innumerables peligros, se veía camino a una de sus misiones más retadoras: tomar un helado, juntos. Lo que a decir de Reborn, reforzaría sus lazos, y lo que a decir de varios de ellos, no podría terminar de otro modo, más que en un desastre que si tenían suerte, no saldría en los canales internacionales cuando devastaran Japón por alguna tontería.

En una esquina, antes del paso de cebra que los dejaría en la cuadra a la que se dirigían, y desde la cual podía divisarse la copa del enorme anuncio en forma de helado, una adivina, con la pinta de una charlatana gitana, casi como una de esas figuras de maquinitas de juegos originarias de EUA, los detuvo… o para ser más precios, detuvo a Yamamoto y Gokudera, entregándoles un par de amuletos.

--Con el destino que cargan, no será fácil conseguir la felicidad día a día. Pero al final de la jornada, a cada noche, les esperará la dicha. Porque por muy oscura que sea la noche, por muy duro que sea el crepúsculo, su amor vencerá, será un cálido amanecer que les dará las fuerzas para seguir. –Reafirmando a lo que se refería, unió las manos de ambos.- Sean felices, tortolos. –Y sonrió con una sinceridad tal, que hizo que los colores le ganaran a Gokudera y echara a correr (curiosamente, sin soltar a Yamamoto).