martes, 14 de febrero de 2012

[SeIdea] It's raping time! [14 Candy Hearts]


Colección: 14 Candy Hearts
Anime: Katekyo Hitman Reborn!
Pareja: Byakuran x Mukuro

It's raping time!

El timbre suena.

Un hombre de 26 años se levanta del sillón donde hasta entonces, disfrutaba viendo una película de acción, de espías, patadas voladoras y explosiones de autos, helicópteros, edificios, y un perro siendo rescatado. Se estira, y apaga la televisión, caminando hacía la puerta, sin responder al segundo toque del timbre. Bosteza, y se revuelve el cabello blanco y de por si alborotado. Una vez pone la mano en la perilla, una cruel sonrisa se dibuja en sus labios, alzando la marca en forma de corona invertida debajo de su ojo izquierdo, y un amenazante brillo aparece en su mirada purpura-claro.

Al abrir, dos hombres empujan dentro de su departamento una caja larga, un poco más grande que él mismo. Firma la ficha de entrega, y los despide, sin importarle la impresión que les ha causado. Una vez fuera del departamento, los hombres concuerdan en que es alguien de temer, que es mejor no involucrarse y negarse a futuras entregas. Asienten, y se marchan.
Byakuran, que desconoce y le importa poco lo que ha sucedido después de cerrar la puerta, rodea la caja recostada en mitad de la sala.

¿Qué si es alguien de temer? Lo es, y bastante. O al menos lo era hasta hacia unos días, en que era el temido jefe de una de las familias yakuza más peligrosas de Japón. Ahora solo es el presidente de una pequeña compañía de seguros que acaba de iniciar, en un destartalado y reducido edificio en el distrito de Edogawa. ¿Y a que se debe ese cambio? Al contenido que hay dentro de su entrega especial.

Da unos golpecitos a la tapa. La caja se mueve.

--Mmm… estas despierto. –Pasa la lengua por sus labios, en cuclillas, ansioso, y saca una llave del bolsillo de su pantalón.- ¿Quieres salir? –Lo que hay dentro, se mueve con más insistencia. Byakuran se excita.

Introduce la llave en la cerradura del candado de la caja, y este, golpea, sordo, el suelo. La tapa rebota por un golpe en el interior, sin abrirse.

--Que ansioso. –Reprocha divertido, retirando el pasador que aun sella el contenido, levantando la tapa.

El interior esta elegantemente forrado de terciopelo rojo, y sobre el acolchonado, yace un hombre de larga cabellera azulada. Uno de sus ojos, resplandece como un iracundo rubí, el otro, como un zafiro furioso. Esta maniatado, amordazado y con las piernas sujetas por grilletes. Su expresión es clara: “¡Suéltame!”, aunque no puede hablar. Byakuran está complacido con el resultado, con la caída del vestido victoriano que humilla su perfecta figura. Parece una muñeca, el regalo ideal para su “Feliz San Valentín”.

Mete una mano debajo del vestido. El hombre se remueve, pero no puede evitar que llegue al ligero, y de ahí a la ropa interior de encajes, sobre la que acaricia su miembro aprisionado entre correas. Mucho más erótico de lo que había imaginado el peliblanco, que sujeta la pequeña cadena en la punta de las correas de su miembro, y tira suave.

Mukuro, era su premio final. El demonio de Adachi, un hombre que peleaba solo y que no debía fidelidad a ningún yakuza. Un demonio que había capturado la atención de Byakuran, tan salvaje como sublime, tan orgulloso… que despertaba su lado mas sádico, queriendo pisotear esa sonrisa altanera que tatuaba en su rostro al terminar con sus subordinados. Después de años de darle caza, ahí estaba, en sus manos, a su disposición.

Y sin nada más interesante en las calles, su familia ya no le servía, así que solo la abandonó. Que hicieran lo que se les antojara, en tanto él pudiera tener lo que necesitaba: Ese demonio, para ser dominado por el mismo satanás.

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